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Les Infideles (2012)

les_infideles_ver5Una película que prometía una aventura de lujuria y desenfreno pero se desinfla en la segunda escena. La verdad es que me ha costado terminar de verla, pues aparte de confusa se hace a veces larga y otras veces aburrida, e incluso ridícula. Es, en términos generales, un delirio machista de Jean Dujardin (que aparte de protagonista es autor de la idea) y, por supuesto, en ese sentido como actor lo borda. La interconexión entre los cortos es inexistente, lo que hace la película algo confusa, especialmente al ser los protagonistas los mismos actores
Se trata, más que de una película, de una sucesión de cortos sobre la infidelidad. Y nada más. De hecho oculta sobre un intento de mensaje sobre lo malo que es ser infiel yo he visto una justificación, no sé si personal, de que la infidelidad no está mal e, incluso, es buena. Pero sin más. Parece una sucesión de escenas para que los dos protagonistas se luzcan, o lo intenten, e intenten ligar. Se me hace flojo para ser repetido seis o siete veces en dos horas.

En resumen, una «película» pretenciosa, machista y confusa que, si no fuera por sus dos grandísimos actores protagonistas, que le dan gracia a ciertas partes, no merecería la pena ni para ver el póster.

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The Artist

The ArtistHollywood, 1927. George Valentin es una gran estrella del cine mudo a quien la vida le sonríe. Pero, con la llegada del cine sonoro, su carrera corre peligro de quedar sepultada en el olvido. Por su parte, la joven actriz Peppy Miller, que empezó como extra al lado de Valentin, se convierte en una estrella del cine sonoro. (FILMAFFINITY).

No puedo describir por completo las sensaciones que me han quedado tras ver The Artist. Va  tan en contra de todo lo que siempre he pensado sobre el cine que aún tengo que terminar de digerirlo.

El domingo pasado esta película se llevó tres Oscars muy importantes: Mejor Actor a Jean Dujardin, Mejor Director a Michel Hazanavicius y, sobre todo, Mejor Película del año. Me habían dicho que era muy buena, y me llamaba la atención que una película con esas peculiares características (en blanco y negro, y muda) fuese tan buena y triunfara tanto en la época en que estamos. Tras verla no me ha quedado más remedio que rendirme ante la clara demostración de que es más que posible hacer una obra maestra de esa manera, y que esas características que muchos pensaban que serían problemas son precisamente las que le dan su mayor virtud.

Hazanavicius, director bastante nuevo y al que desconocía del todo, nos presenta una película anacrónica, traída directamente de los años 30 a los cines de nuestros días, cuidada hasta el más mínimo detalle tanto en ambientación como en forma, que sin embargo resulta tremendamente atractiva y envolvente. Tengo que decir que nunca había podido ver completa una película en blanco y negro (si no contamos Clerks, pero eso es otra historia) y mucho menos una película sin voces. Los primeros quince minutos cuesta hacerse a ello, supongo que nos costará más a los que no estamos acostumbrados a este tipo de cine, pero pasado un poco, después de la presentación de personajes, la historia es tan adictiva que se te olvida por completo todo ello… o casi, pues precisamente es de eso de lo que va la historia. En cuanto al cuidado de los detalles, la fotografía, la producción, todo está tan conseguido que te transporta a los años 20 de la manera más natural y sin embargo no tiene ese olor a viejo que muchas veces encontramos en el cine clásico. No sé cómo lo ha conseguido, pero desde luego que su Oscar está más que merecido.

Al igual que la actuación de Jean Dujardin: de lejos una de las mejores interpretaciones que he visto en años. Primero, porque hacerse pasar por actor dentro de una película nunca es fácil. Segundo, porque transmitir todas las sensaciones de una historia tan trágica como la suya utilizando únicamente su expresión corporal es más díficil aún. Y tercero, porque es capaz de hacernos ver a un galán del cine clásico como si efectivamente se tratase de uno de ellos. Es tan natural y completo que te preguntas si no ha salido efectivamente del año 1928. Desde luego no podría hacerlo sin la compañía de Bérénice Bejo, desconocida también, quien se convierte de manera natural en una pin-up de los años 20 con una soltura increíble.

La trágica historia de George Valentin es además un tema del que muy poco se conoce fuera de círculos cinéfilos muy frikis, pero que una vez vista no cuesta imaginar cientos de casos que pudieron suceder en la realidad. Valentin es un personaje ficticio y sin embargo muy real y Dujardin, junto a su inseparable perro (el tercer personaje más importante de la película, a mi parecer), nos crea una empatía asombrosa a pesar de una personalidad arrogante y orgullosa, de la que en realidad no se deshace nunca. A pesar de ser una historia trágica sin embargo esta película es realmente una comedia (lo cual hace aún más notorio el que le fuese escogida como Mejor Película), pues el humor está presente incluso en las escenas más dramáticas, y es otro de los puntos fuertes que elogiar a Jean Dujardin: hacer reír de esta manera sin quedar en ridículo, sin convertirse en una parodia, es algo al alcance de muy pocos.

Pero hay muchos más detalles. La música en la que se apoya el film es prácticamente inmejorable (y también galardonada con el Oscar a Mejor Banda Sonora Original), pues consigue atrapar y crear los ambientes de forma magistral y adecuada a la época. El vestuario, maquillaje, ambientación, fotografía… todo está transportado directamente de los años 30.

En resumen, me he repetido mucho a lo largo de esta entrada, pero es sin duda alguna una obra de arte, una obra maestra cuyo silencio es su mayor amplificador y cuya realización será recordada durante mucho tiempo. Si hay una película absolutamente imprescindible en los últimos años es sin duda alguna esta.

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